DEFINICIÓN:
La
úlcera por presión(UP) puede definirse como cualquier área de daño
en la piel y tejido subyacente causado por la presión prolongada sobre un plano
duro, no necesariamente intensa, e independiente de la posición.
Es
un problema común en el cuidado de los pacientes con enfermedades crónicas,
sobre todo en ancianos con movilidad limitada, con importante morbi-mortalidad
y elevada repercusión económica y social.
Se
calcula que su incidencia en la población general es del 1.7% entre los 55 y 69
años y del 3.3% entre los 70 y 75 años.
El
factor más importante en el desarrollo de las UP es la presión mantenida. A
ella se pueden asociar fuerzas de fricción paralelas y/o tangenciales, así como
una serie de factores de riesgo que dependen fundamentalmente de las
condiciones del paciente.
Las
UP precisan la existencia de trastornos de la microcirculación en zonas de
apoyo del cuerpo situadas sobre una superficie dura. Por ese motivo las áreas
con prominencias óseas son las zonas más frecuentes de aparición de UP (el sacro
y trocánter).
La
presión mantenida sobre piel y tejidos blandos produce un aumento de la presión
intersticial con obstrucción de vasos sanguíneos (formación de microtrombos) y
linfáticos, que conduce a autolisis y acúmulo de residuos tóxico-metabólicos.
La isquemia local prolongada conduce a necrosis y posterior ulceración de
tejidos, tanto a nivel de piel como planos profundos. La presión hidrostática
de los capilares cutáneos oscila entre 16 y 32 mmHg (toda presión que supere
estas cifras disminuye el flujo sanguíneo y puede producir daño isquémico
incluso en menos de dos horas).
CLASIFICACIÓN
DE LA EVOLUCIÓN DE LAS UP (SEGÚN AHCPR )
Estadio I:
Eritema que
no palidece tras presión. Piel intacta (en pacientes de piel oscura observar
edema, induración, decoloración y calor local).
Estadio II:
Pérdida
parcial del grosor de la piel que afecta a epidermis, dermis o ambas. Úlcera
superficial con aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
Estadio III:
Pérdida total
de grosor de la piel con lesión o necrosis del tejido subcutáneo, pudiendo
extenderse hasta la fascia subyacente pero sin atravesarla. La úlcera aparece
como un cráter profundo y puede haber socavamiento en el tejido adyacente.
Estadio IV:
Pérdida total
del grosor de la piel con necrosis del tejido o daño muscular, óseo o de
estructuras de sostén (tendón, cápsula articular, etc). También puede asociarse
a socavamiento y tractos fistulosos en el tejido adyacente.
COMPLICACIONES
PRIMARIAS:
- Las UP pueden ser extremadamente dolorosas,
especialmente durante su manipulación (curas, desbridamiento, cambios de
posición o de ropas). Una analgesia eficaz y el control de la fuente del dolor
mejoran el estado general y facilita la movilidad y la cooperación en los
cuidados.
- La anemia será con frecuencia de origen
multifactorial: hemorragia local en el desbridamiento, anemia debida a
trastornos crónicos, y derivada de extracciones múltiples.
- La infección dificulta la curación de la
herida y es una complicación habitual que puede llegar a ser grave:
osteomielitis, bacteriemia y celulitis. Se debe sospechar en toda úlcera que
llega a fascia profunda o en aquellas que no afectan a fascia pero que
presentan signos clínicos de infección: inflamación, aumento de exudado, de
dolor o de tamaño.
- No debe olvidarse la vacunación antitetánica
en UP que alcanzan la fascia, por estar descrita mayor sensibilidad a
sobreinfección por Clostridium tetani. Asimismo en pacientes portadores de
cardiopatías con riesgo de endocarditis, debe hacerse profilaxis, al realizar
manipulaciones locales importantes (biopsias, desbridamientos).
- Otras complicaciones sistémicas potenciales son:
amiloidosis, endocarditis, formación de hueso heterotópico, infestación por
parásitos, fístula uretro-perineal, pseudoaneurismas, artritis séptica, tractos
fistulosos o absceso, carcinoma de células escamosas en la UP y complicaciones
derivadas del tratamiento tópico (toxicidad por yodo, pérdida de audición tras
neomicina tópica y gentamicina sistémica).
- Las complicaciones secundarias son
fundamentalmente: pérdida de calidad de vida y aumento de morbimortalidad
derivada de una mayor estancia hospitalaria, retraso en la recuperación y
rehabilitación, infecciones nosocomiales o yatrogenia.
PREVENCIÓN:
Lo
más importante es que el 95% de las UP son evitables y por ello es prioritaria
la prevención basada fundamentalmente en métodos que cuantifican factores de
riesgo y que ayudan a predecir la afectación de los tejidos.
Existen
distintas escalas para valorar niveles de riesgo de las UP. Las más usadas y
además recomendadas por la AHCPR son la Arnell,la de Norton, la
de BRADEN-BERGSTROM y la de NOVA 5.
VALORACIÓN INICIAL
La evaluación
inicial es el primer paso en la prevención. La revaluación debe realizarse de
manera regular, para detectar posibles cambios, que en estos pacientes pueden
ser considerables. Una vez identificados los pacientes con riesgo se deben
aplicar medidas preventivas adecuadas.
VALORACIÓN DEL RIESGO
-Considerar
todos los pacientes potenciales de riesgo. · Aplicar la escala de valoración
del riesgo
-Identificar
los factores de riesgo.
- Registrar
las actividades y resultados. Evaluar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario